¿Qué gana el PP pisando este nuevo charco? ¿Hay
intereses más allá de satisfacer al lobby católico?
Es evidente que nos gobierna un hatajo de fachas,
si. Que les gusta prohibir cosas que en realidad no les importan, pero les
encanta recordarnos quien manda, que somos unos pardillos, y que no nos podemos salir con la nuestra, si.
Que no se trata de salvar fetos sino de controlar y someter mujeres a sus
leyes, si.
Pero no acaba ahí la cosa. Estas políticas son
también movimientos en el tablero, siguen una estrategia.
Decía en mi anterior entrada que las opciones políticas se están radicalizando y polarizando. En este nuevo escenario el PPSOE necesita seguir aparentando que es una dicotomía de opciones enfrentadas y visiblemente diferentes.
Del mismo modo que muchos españoles que se cagan
en España cierran filas en torno a su país cuando el que insulta a la patria es
extranjero; la derecha española, por momentos alejada de su partido hegemónico,
se vuelve a acercar al PP gracias a estos gestos que sacan a la calle a los
sectores progresistas con sus ruidosas protestas. La derecha moderada, esa que
se va haciendo a la idea del aborto, se abstiene, ellos no son los importan
aquí. Es el sector duro el que hay que convencer, y lo están haciendo. Esa militancia que llena
autobuses y plazas a grito de “esto es un desmadre, queremos padre y madre”.
Haciendo amigos en un medio crítico con el PP |
Aún así, creo que el gran ganador aquí es el PSOE,
por encima del PP. Un partido totalmente en decadencia, al que muy poquitos
defienden ya públicamente. Cada reforma educativa, cada ley antisocial, cada
guiño al nacionalcatolicismo franquista que hace el PP, le da una burbuja de
oxígeno al la mafia de Ferraz. Una nueva oportunidad de pillar a algún
despistado y hacerle creer que ellos son una alternativa, que son “los güenos”.
Y nada une más que un “enemigo” común.
En general, ambos consiguen lo que buscan, que su electorado y militancia se les vuelvan a arrimar y juntos rearmen el imaginario social que Noam Chomsky describe como ideal para camuflar y normalizar un sistema totalitario: Se reducen tremendamente las opciones políticas, pero se alimenta un furioso debate en torno a ellas. El falso dilema.
Como estadounidense, sabe de lo que habla.
Y es que PP y PSOE son las dos principales patas
del régimen, que no dudan un minuto a la hora de vender nuestra soberanía
económica reformando la constitución, de bajarse los pantalones ante el Draghi
de turno, de defender a capa y espada al viejo putero borracho y su oxidada
corona. El régimen es el régimen y la alternancia PP-PSOE en el poder, la mejor de las caretas.
A los peperos les puede escocer un poco tomar
medidas que puedan allanar el camino para una hipotética vuelta al poder de los
zombies socialistas, (tal vez apoyándose en la dócil IU), pero ambos saben que
esto no es solo una crisis económica, ni una crisis de sus respectivos partidos.
Esto es una crisis de régimen y complicarse
unas elecciones es insignificante cuando lo que está en juego es eso, el régimen del 78.
Es su chiringuito y no renunciarán a él.
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