Creo que este blog necesitaba esta entrada. En más de un
post he hecho referencia a la crisis energética y su relación con la economía, expliqué vagamente el sinsentido de una economía basada en el crecimiento perpetuo, así
como la gran probabilidad de que colapsemos si no cambiamos el rumbo. Pero
hacía falta un texto de referencia que aclarase la naturaleza del problema.
Cantidad de autores han escrito y escriben sobre el tema,
por fortuna cada vez son más. Este texto no pretende descubrir la pólvora, sino
hacer un nuevo esfuerzo de comunicación para que todos entendamos de la manera
más sencilla posible lo que supone el fin de la energía barata, de la misma
manera que lo entiendo yo, que no soy científico ni economista.
Se lo dedico a mi padre, ingeniero y economista, que
suele responder con un “bueno hombre, no será tanto”, cuando intento sacarle el
tema. Que una persona progresista, con conocimientos de física y economía no
vea el elefante rosa en la habitación, es síntoma de que este texto es
necesario.
Comienzo con la conclusión:
“Crecer
indefinidamente es imposible en un planeta finito. Antes o después los
requerimientos de materias primas y energía sobrepasarán la capacidad de
regeneración del planeta. Ese momento ya ha pasado, hace ya bastante tiempo.”
Cuando hablo de “crecer” me refiero al crecimiento
económico, ese objeto de deseo que tanto liberales como socialistas invocan
constantemente en las pantallas de nuestro televisor, esa necesidad
imprescindible para sacarnos de esta “coyuntura” económica.
Y todo ello por la usura. El interés que cobran los bancos al crear dinero, requiere un crecimiento de la economía superior a ese interés para que “la cosa vaya bien”, se cree empleo, y todo ese discurso que oímos a diario. Esto es así porque el sistema está montado así, no porque sea una ley natural, por lo tanto, puede ser cambiado. Obviamente, me voy a ahorrar de distinguir entre economía financiera y productiva, para no liar el post y enrollarme más de la cuenta.
Y todo ello por la usura. El interés que cobran los bancos al crear dinero, requiere un crecimiento de la economía superior a ese interés para que “la cosa vaya bien”, se cree empleo, y todo ese discurso que oímos a diario. Esto es así porque el sistema está montado así, no porque sea una ley natural, por lo tanto, puede ser cambiado. Obviamente, me voy a ahorrar de distinguir entre economía financiera y productiva, para no liar el post y enrollarme más de la cuenta.
¿Qué significa la energía en el mundo actual?
La energía proveniente principalmente de combustibles
fósiles está presente en todos los rincones de nuestra sociedad, desde la que
está haciendo funcionar este portátil –probablemente generada en la central
térmica de carbón más cercana-, hasta la que se empleó para hacer funcionar
toda la maquinaria que fabricó las piezas y las ensambló. También la energía
que se consumió para fabricar el transporte que trajo este ordenador a mi casa
–lo compré desde la web del fabricante-, y por supuesto la energía que consumió
el transporte en su camino. Ni qué decir de la energía que consumieron los
trabajadores implicados, y la que yo mismo estoy consumiendo, proveniente de
alimentos, que también han dependido en su siembra, cultivo, empaquetado y transporte de las energías fósiles. (afortunadamente, esto cambia mucho en la agricultura ecológica).
Para que nos hagamos una idea. Actualmente cada individuo del estado español tiene más de 35 hombres virtuales trabajando constantemente para él. Es
una manera de dibujar la realidad de nuestro consumo energético, la energía
disponible para cada ciudadano del estado español, el trabajo que puede
producir esa energía, equivale al que podrían producir esos más de 35 hombres.
Para entenderlo mejor, un ejemplo sacado de la red:
Un litro de gasolina equivale a 10 kWh de energía, una cifra equivalente al esfuerzo que tendríamos que realizar para subir diez coches de 1.200 Kg al último piso de la Torre Eiffel con una polea. Lo paradigmático es que un litro de gasolina puede tener un precio similar al de un litro de Coca-Cola. Imaginemos que hiciésemos este trabajo sin ayuda de máquinas y nos pagasen con una Coca-Cola: esclavitud!, gritaríamos.
Así es. La sociedad industrial está construida sobre la disponibilidad de energía barata, que ha permitido general toda la comodidad material de la que el 20% de los habitantes del planeta disfrutamos.
¿Qué relación tiene el crecimiento económico con la
energía?
Salvo en experimentos financieros, crecimiento económico implica mayor consumo y mayor
producción. Obviamente la fabricación de más bienes de consumo y su uso supone
una necesidad mayor de energía (más hombres invisibles trabajando para nosotros),
especialmente en una economía social donde todos se benefician del crecimiento,
todos consumen y todos disfrutan de mayor bienestar material.
No quiero extenderme con este punto, para los que quieran
más información, recomiendo este artículo de Luis Cosín que lo explica a las
mil maravillas.
De modo que cada vez necesitamos más y más energía. Para encima, el crecimiento económico no es una línea recta, sino que es exponencial. Esto quiere decir que creciendo como crece el mundo (promedio) a un ritmo del 3%, cada aproximadamente 30 años, el Producto Interior Bruto de un país (o mundial, ya puestos) se dobla, y con ello la demanda energética. Es cierto que se podría optimizar mejor el uso energético de nuestro sistema productivo, pero ello solo supondría un poco de tiempo más para acabar enfrentándonos al mismo problema: Crecer eternamente es un auténtico disparate, materialmente imposible.
Supongo que a estas alturas no hace falta que le explique
a nadie que el petróleo, el gas natural y el carbón son recursos finitos, que
aún tienen muchas décadas por delante, pero antes o después se tienen que
terminar. Parece ser que el problema
llega antes. La extracción de estos recursos requiere el uso de de energía. De
mucha energía. Llega cierto punto en la vida de una mina de carbón, o de un
pozo de petróleo, donde hay que picar tan abajo, o sacar un producto de tan
baja calidad que la cantidad de energía invertida en su extracción, transporte
y refinado supera a la cantidad de energía producida. Acabamos de descubrir la
Tasa de Retorno Energético (TRE). En Asturias la deberíamos conocer bien ya,
porque tenemos carbón para regalar, pero tras años y años de explotación, su
rentabilidad ha bajado mucho, de ahí la crisis del sector. (Ojo, con esto no
justifico la tomadura de pelo a los trabajadores de la minería, a los que se
les prometió una reindustrialización que nunca llegó).
La noticia es que a nivel global, allá por 2005 entramos en la meseta de lo que sería el cenit del petróleo mundial, o peak oil. Tras algunos años de apalanque, se espera que la producción comience a descender a partir de 2015, y también su rentabilidad.
Si has seguido el post hasta aquí, entenderás que esto significa un colapso. El sistema necesita crecer, y para ello necesita energía, pero la disponibilidad y rentabilidad energética disminuye. En un momento dado, la producción petrolera no puede abastecer la demanda… y se lía la de dios. Es así de sencillo. No importa si este colapso, descenso, o como lo quieras llamar va sucediendo antes o después, solo importa comprender que es ley de vida, la tierra no puede soportar tanto bienestar, si se me permite la ironía. Espero que ahora veamos todos el elefante rosa en la habitación.
Otra cosa es que seas aficionado a las teorías de la conspiración y digas que “esto son mentiras de los iluminati para vender más
caro el petróleo” o que “existen fuentes de energía libres e inagotables” (una
lástima que nadie lo pueda demostrar en vivo ante científicos de verdad). O
sacarás el bulo del motor de agua, que yo mismo me tragué en su día, antes de
comprender que la cantidad de energía necesaria para separar el oxígeno del
hidrógeno y hacerlo funcionar, es superior a la que produce luego ese
hidrógeno… una joya vamos. Termodinámica básica, que obviamente ni tú ni yo
tenemos por qué saber, lo que nos vuelve vulnerables ante el oportunismo de los
vendedores de crecepelo y demás alquimistas contemporáneos.
Sin duda, a medida que continuemos adentrándonos en esta
nueva crisis aparecerán profetas de estos por todas partes, diciendo que tienen
la solución, pero los Rockefeller les silencian…
El “sueldo solar”.
De algún modo podemos considerar los combustibles fósiles
como los ahorros energéticos del planeta. Como placas fotovoltaicas que han
estado millones de años cargándose, pues su formación ha llevado eso, millones de años. Nosotros somos el yonki energético que se
funde esos ahorros sin ningún miramiento.
Sin embargo, tenemos el sol, un sueldo permanente e inagotable (si, inagotable, me gusta pensar a largo plazo, pero tampoco tanto). El sol nos
envía energía todos los días, energía que hacer crecer nuestros cultivos y nos
permite vivir a nosotros y al resto de especies sobre la tierra. Paralelamente,
hemos diseñado tecnologías para la aprovechar la energía solar, así como otras
fuentes energéticas que dependen en parte del sol: viento, mareas....
Salvo que no te quieras enterar, llevarás unos cuantos
años siendo consciente de que las energías renovables son el futuro. Porque no
hay otra. Vivir del sueldo solar, de lo que papá sol nos paga todos los meses,
porque nos hemos merendado los combustibles fósiles: no nos quedan ahorros. Esto
sumado a la reutilización de aquello que sea reutilizable. Hasta las heces tienen valor, especialmente en el paradigma de la permacultura. Sin embargo, hay un problema:
De nuevo, la TRE. La rentabilidad de las energías
renovables es mucho más baja de lo que muchos estiman y aún con un sistema
impecable de renovables no podríamos generar la bestialidad de energía que
estamos usando; (Recordemos, más de 30 hombres invisibles por individuo, y eso
en España. En EEUU o Qatar ni te cuento).
Puede ser duro aceptarlo, pero es así. Las leyes de la termodinámica son implacables. La energía puede que no se destruya, sino que se
transforme, pero eso no significa que lo que resulta de una combustión sea
energéticamente aprovechable, es decir, sea capaz de generar trabajo. No puedes
usar el mismo litro de gasolina 2 veces. Por lo tanto, no podemos seguir a este
ritmo, no porque no debamos (de hecho no debemos, el daño ecológico de una
civilización que necesita fagocitar recursos a ese ritmo es insostenible), sino
porque NO PODEMOS. Es irracional, acientífico, absurdo.
Repito conclusiones:
-El sistema necesita de un crecimiento económico
constante para no colapsar.
-Dicho crecimiento requiere de un uso energético y de
recursos creciente.
-Llegamos al cenit del petróleo, y la disponibilidad de
energía barata va disminuyendo, así como su cantidad.
-Es irracional aceptar que podríamos crecer eternamente
en un planeta finito.
-Con el cenit del petróleo (y los que vendrán: carbón,
uranio, gas..) necesitamos aprender a vivir con lo que he llamado “sueldo solar”:
la energía que recibimos en el día a día. La cantidad es muy inferior a la
actual.